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Reacción de Surfrider Foundation a la contaminación por pellets de plástico en el Mar del Norte

Tras la colisión en el Mar del Norte entre el buque portacontenedores Solong y el petrolero Stena Immaculate, se ha detectado contaminación por gránulos plásticos industriales (pellets de plástico) en el agua cerca de una bahía situada a aproximadamente 70 kilómetros al sur del lugar del accidente, así como a lo largo de un tramo de 30 kilómetros de costa que incluye varias reservas naturales. (Leer aquí

Según las autoridades británicas, los gránulos observados están carbonizados y emiten un olor a queroseno, lo que refuerza la hipótesis de que la contaminación está relacionada con la colisión. 

«Se han movilizado especialistas en control de contaminación para recuperar estos gránulos lo antes posible», explica Cristina Barreau, responsable del área de basuras marinas de Surfrider Foundation. «Es necesario actuar de inmediato para intentar limitar la dispersión de estos microplásticos en los ecosistemas terrestres y marinos. Algunas áreas de migración y anidación de especies ya están afectadas. Además de los aditivos químicos que contienen, estos gránulos actúan como esponjas, absorbiendo sustancias tóxicas presentes en su entorno. El riesgo aquí es aún mayor debido a su posible contaminación por queroseno y otras sustancias peligrosas que podrían haber sido transportadas por los barcos involucrados.» 

Surfrider Foundation expresa su profunda preocupación por este nuevo episodio de contaminación. «En mayo de 2021, un barco derramó una verdadera ‘marea blanca’ frente a las costas de Sri Lanka. En el invierno de 2024, la pérdida de un contenedor frente a la costa de Portugal provocó una contaminación masiva en las costas de Galicia, España. Hoy, una colisión entre dos barcos ha causado otro episodio de contaminación con consecuencias potencialmente graves. ¿Seremos testigos de otra ‘marea blanca’?» se pregunta Cristina Barreau. 

«Los gránulos plásticos industriales (también llamados nurdles) se pierden a lo largo de toda la cadena de suministro—durante la producción, el procesamiento, el transporte y el almacenamiento», añade Cristina. «Sin embargo, la pérdida de contenedores a menudo resulta en una contaminación masiva. Más allá de ser tóxicos para la vida marina, estos microplásticos contribuyen a la asfixia del océano.» 

«La industria debe rendir cuentas. Las empresas ya saben qué medidas deben implementar para prevenir estas pérdidas, pero a menudo no lo hacen debido a la falta de regulaciones vinculantes», añade Lucie Padovani, responsable de incidencia política europea de Surfrider Foundation. «A nivel europeo, actualmente se está debatiendo un reglamento. Sin embargo, incluso hoy, algunos Estados y responsables políticos siguen intentando excluir el transporte marítimo del texto, escudándose en la Organización Marítima Internacional. Si realmente quieren evitar este tipo de catástrofes, una acción internacional es, por supuesto, necesaria, pero el marco europeo sigue siendo el más eficaz para una implementación rápida y efectiva. 

Este nuevo episodio de contaminación nos recuerda la urgente necesidad de integrar medidas de prevención y sanción en el texto final», enfatiza. 

El texto se encuentra actualmente en la etapa de trílogo y se espera que sea adoptado antes de finales del primer semestre de 2025. 

Xavier Curto, coordinador de Surfrider España añade: «Es la sociedad civil la que muchas veces reporta esta contaminación y apremia a la administración a actuar. Lo hemos hecho tanto en el proceso de responsabilidad ambiental impulsado en Tarragona, como en el trabajo de incidencia desde hace años en las instituciones europeas».